Usos de la Toxina Botulínica en Medicina y Cirugía
Ya hace algunos años que la palabra “Botox” se ha incorporado con naturalidad a las conversaciones del día a día de la mayoría de las personas. Pero, ¿sabemos en realidad qué es y para qué se utiliza?
La toxina botulínica es un fármaco capaz de paralizar de forma selectiva determinados receptores celulares, fundamentalmente a nivel del músculo. Esta propiedad hace que pueda aplicarse en el tratamiento de enfermedades que producen rigidez muscular, dolor muscular o en el tratamiento estético de determinadas partes del cuerpo.
Uno de los usos más comunes es en el tratamiento de las arrugas del entrecejo y la frente. Con los años algunas personas fruncen el ceño o arrugan la frente comenzando a marcar la zona del entrecejo, dándoles un aspecto de “enfadados” o “malhumorados”. En estas ocasiones la aplicación de Botox es sumamente eficaz, mejorando el aspecto y relajando la mirada.
Su duración es variable, oscilando entre 4-6 meses y aplicado correctamente resulta un tratamiento muy seguro.
En el futuro desarrollaremos más aplicaciones de la toxina botulínica en la patología de cabeza y cuello.